Mi blog de Arte
lunes, 21 de septiembre de 2020
El Tótem de mi Familia
Los materiales son:
miércoles, 16 de septiembre de 2020
Mi Mapa Antiguo
MI MAPA ANTIGUO:
En búsqueda del Dorado
Para esta actividad realicé un pergamino antiguo con ayuda de café instantáneo y un mechero.
sábado, 5 de septiembre de 2020
Cuento: Cristóbal Colón y la Niña del Mango
Cristóbal Colón
y la Niña del Mango
Había una vez un señor llamado Cristóbal Colon, que llegó
hace mucho tiempo en tres embarcaciones, La Pinta, La Niña y la Santamaría, a
una playa de América del Sur ubicada en el Mar Caribe, acompañado de muchos
hombres grandes, fuertes y barbudos, y al bajarse quisieron conquistar toda
esta región, y encontraron gran variedad de aves, mamíferos, plantas y minerales
que ellos no conocían y de todo recogieron todo lo que más pudieron llevarse y
lo subieron a su embarcación.
Don Cristóbal Colón quiso adentrarse más en el bosque junto a la playa, y empezó a sentir un dulce olor y empezó a seguirlo con su nariz y los ojos cerrados para no confundir el camino, y de pronto se vio perdido en medio de esa selva desconocida, y alcanzó a ver entre las ramas algo que se movía y desenvainó su espada y dijo: ¿quién anda por ahí?, pero algo o alguien muy asustado no quería salir porque tampoco entendía lo que él le decía; de pronto temblando de miedo y con la cara pintada de colores, salió en medio de la maleza una pequeña niña, con la boca untada de un crema amarillenta y que escondía algo en su mano derecha puesta en su espalda; Don Cristóbal ya menos asustado volvió a guardar su espada, trató de calmarla y mirándola fijamente le preguntó su nombre, y como la niña no entendía su idioma, lo único que le pudo susurrar y Don Cristóbal entender fue la palabra “mango”, y al descubrir lo que la niña tenía en la mano pudo saber que el olor que perseguía provenía de ese misterioso fruto, del cual la niña estaba untada por todos lados.
De allí en adelante cada vez que Don Cristóbal se refería a ese fruto lo llamaría “mango” y mucho después entendería que a lo que la niña se refería cuando él le preguntó por su nombre, era a su mano escondida detrás de su espalda y no a la fruta que estaba comiéndose ni a su nombre, pues en el idioma indígena de aquella pequeña niña se decía “mangú” a la mano, muy parecido a la palabra “mango” en español que también se utiliza para referirse a la parte en que se puede tomar un palo o un objeto alargado.